domingo, 26 de abril de 2009

El caso de Chitapampa, Perú

“Los hombres pueden amestizarse independientemente de si son casados o no, en cambio una mujer indígena que permanece en la comunidad continúa siendo tal hasta que formaliza un “compromiso” de pareja, momento en el que inicia su movilidad étnica”. Esta frase del texto de Marisol de la Cadena: Las mujeres son más indias, revela el gran machismo y el poco sentido que la mujer en Chitapampa posee hasta el día de hoy. Esta realiza labores de hogar, vende hortalizas en los mercados diarios de la ciudad del Cuzco, y aún así no se la considera como productiva, está en el último eslabón de importancia familiar. El modelo patriarcal en este grupo étnico representa la base para su construcción social, el jefe de estos grupos tiene poder en la administración del campo, en las decisiones de compromiso de sus hijos hasta de sus nietos. Este machismo desbordado se ve minimizado por el proceso de migración campo ciudad dando un gran vuelco a las relaciones sociales en esa comunidad en la década de los sesenta. Al disminuir el ingreso proveniente de la tierra y el éxito sobre esta como fuente de poder y permitir que las mujeres puedan ser herederas de la tierra no es una desvalorización para el hombre. En efecto, se muestra claramente que el hombre desea con esto transferir poder a las mujeres, para permitirles a ellos emigrar a la ciudad y acercarse a las nuevas fuentes de poder.
En este texto se puede apreciar una marcada evolución de la vida cotidiana, todo fundamentado en los aires de modernización que llegaron a la región del Cuzco. Las mujeres poseen más poder, pero siguen segmentadas socialmente ya que los hombres se han movilizado hacia la ciudad para tener puestos de poder acorde a los tiempos, pues bien la mujer se queda arraigada a labores antes masculina pero quizá no consideradas aun para la comunidad como trabajo, al igual como lo hacían anteriormente. Este cambio de roles no significa que la mujer esté más valorizada, sino que las esferas de cultura han evolucionado debido a los cambios industriales dentro del país y han llevado a que los espacios vacíos sean llenados con el grupo menos valorizado.
Las identidades étnicas se ven perdidas, si antes el modelo patriarcal mediante su concepto de jefe establecía alianzas matrimoniales y normas de herencia que preservaban la concentración de tierras fomentando los grupos de poder, actualmente “los chitapampinos han construido el poder comunal en relación con la diferenciación étnica regional”, esto involucra aceptarse como inferiores culturalmente, o sea como indígenas, o llegar al punto de extremo de practicar el proceso de desindianización. Al chitapampino ya no lo enorgullece lo que antes sí, tiene noción de que el progreso ya no está en el campo sino en la gran ciudad, y se ve obligado a dejar su herencia cultural de lado para poder sobrevivir en la nueva era industrial.

2 comentarios:

amilato dijo...

es el lado triste del progreso un mal progreso... tristemente no se reconoce como cultura lo que viene de nuestros ancestros hoy en día se busca de alguna forma tener un estándar y lo q esta fuera de esa "normalidad" es mal visto aqui pasa lo mismo con los mapuches y con su lengua, es algo q se esta perdiendo, no tenemos identidad buscamos ser pseudo europeos. en vez de tener como los guaraníes 2 lenguas que seria lo ideal y aunque se hacen esfuerzos por preservar... son ya generaciones las que han tratado de librarse de su pasado indigena al punto de llegar al racismo


interesante blog maribeliña saludos

maribelverdejo dijo...

woouuuu genial que leas mis cosillas, eres un buen humanista, y a eso me refiero que al tener espíritu matemático no dejas de lado lo humano y así te desenbuelves muy bin. Serías un genial socioeconomista
Bye